miércoles, 30 de noviembre de 2011

No me quiero callar. Y sin embargo aquí me encuentro sin saber cómo sacar lo que realmente late por dentro.
Hay en mí algo desgarrador que no quiere aferrarse a devolver, hacer rebotar como un misil que va y viene de un lado a otro del muro, porque lo que me duele es el muro. Y puede que sea la forma natural de vivir una ruptura, puede que lo entienda. Pero no acepto y me duele como una injusticia que ahoga, el llegar al punto de destrozar los valores, la esencia, la totalidad del ser como persona. 
El pasar de 100 a 0. y llegar a querer ser un -100, y que la escala vaya bajando, los números negativos se vayan sumando y a tragar... a tragarlos....a justificarlos.
Como si todo el dolor de que se cree un muro tan duro como el que se ha creado por ambas partes no fuese suficiente...
Como si el llegar algún día a cicatrizar eso no fuese ya bastante trabajo para el tiempo. 
Los golpes son duros, a nadie le gusta tener que decidir cosas tan radicales de un día para el otro, a nadie le gusta el quiebre tan radical, ni  "abandonar" lugares que en un momento fueron tan especiales por dentro y por fuera. Personas que estuvieron en mi , ilusiones, sueños, metas...
¿Dónde está la gente que quiero? Por supuesto que está en ese entorno. Como también en Argentina. Y como en muchos lugares que he conocido. Una persona no abandona a otra por no hablarle en momentos que está considerando duros para su vida. Una persona no abandona a otra por cambiarse de ciudad. Abandonarse a si mismo, a sus sueños, es abandonar a todo el mundo, eso  es abandonar.
Y es por eso que No voy a morderme más la lengua. Ni el corazón. Porque no olvido de dónde vengo ni todo lo que he vivido en estos años. No hay en mí ningún lugar para el arrepentimiento, ni me he considerado ni considero un alma perdida porque justamente escuchar a mi alma y a mi corazón fué lo que más hice. Así como lo estoy haciendo tras cada golpe. Llevando mi alma y mi corazón donde quiero que crezca, sin escudos, sin espadas hacia nadie. Solo viviendo lo que siento.

Estando así, es donde cada cosa que recibo de tu lado del muro ya no sólo me produce dolor, ya ni siquiera se llama dolor. Nace un rencor por no dejarlo ya... Rencor por no pararse a ver ni un segundo con empatía o como se llame a la persona que se tiene del otro lado.
A querer simular preocupación por mis actos, o sorpresa por cosas que no he hecho con naturalidad cuando la naturalidad se ha perdido desde el momento en que se ha creado ése muro. Cuando si de naturalidad hablamos en algún momento podrías dejar ya de tirar misiles innecesarios y pararte a vivir el dolor de la ruptura como tal y no como te conviene que sea. No quiero más de tu pelicula, ni tampoco de la mía contigo. No quiero más versiones, ni justificaciones. Ya ni me interesa mostrarte quién soy yo porque sé muy bien que no lo querés oir, porque no te hace bien.




 Dejáme vivir. Déjate vivir... vive lo que quieras con tus amigos. Con tu entorno. Con quien quieras. En algún momento la vida te brindará oportunidades de las buenas... Te sonreirá y serás feliz. Ojalá y asi sea...
Cuando algún día rompas el muro, yo estaré del otro lado, y seguiré siendo yo, la que soy ahora......


 ADIÓS NIÑA...










ADIÓS